Has querido ponerte ese conjunto atrevido que tanto te gusta, pero finalmente el miedo al qué dirán te ha vestido de formalidad. No, no solo te pasa a ti. Vivimos (aunque cada vez intento conjugarlo más en pasado) pendientes de la opinión de los demás cuando, por ejemplo en este caso, seguramente nadie se hubiera fijado en tu indumentaria.
Este es (era) mi caso.
A menudo me había planteado escribir; me fascina leer y me había aventurado a redactar algunas frases, textos, donde sentía que podía expresar muchas cosas que llevaba dentro. Para mí la escritura es la forma de vaciar todo eso que da vueltas por mi mente y que no deja espacio libre para el disfrute.
Mi mente es un caos. Y aunque soy meticulosamente ordenado, ahí dentro pasa cualquier cosa en cualquier momento.
Exponer en mi perfil de Instagram @adrifradera mis escritos me ayudó a empezar a perder el miedo, ya que me abrí en canal delante de todos los presentes. Pero no sin antes haber hecho un trabajo de confianza en mí mismo contándome que nadie iba a juzgarme, o no al menos más que yo.
El apoyo de mis cercanos elogiando como he contado mis historias ha sido el soplo de viento que ha dado el primer impulso para salir a navegar. Ahora me toca a mí remar.
Escribir me llena y me vacía a la vez, y lo seguiré haciendo hasta que no tenga nada más que decir.
A. Fradera

Deja una respuesta