¿Cuántas veces te has emplazado a cambiar tus actitudes o hábitos? Mañana empiezo la dieta, la próxima semana me pongo de nuevo con el gimnasio, o los típicos propósitos de año nuevo… ¿Te suena verdad?

Hace ahora un año decidí transformarme. No con un simple propósito o con un objetivo nuevo a cumplir. Quería dar un giro importante en mi vida, en mi día a día. Por este motivo he decidido empezar esta web, retomar la carrera de psicología donde la dejé y llevar mi cuerpo y mente a otro nivel.

Y digo transformarme, porque es una palabra que adoro y de la que hace mucho tiempo busqué sus fundamentos, su raíz etimológica. «Transformación» proviene del latín transformatio y su significado es: acción y efecto de cambiar de una forma a otra. Esta misma palabra se divide en varias: trans– (de un lado a otro), –forma– (figura/imagen), –ción (acción). Hasta aquí todo correcto.

Pero decidí adaptar su significado para hacerlo mío basándome también en sus orígenes. Separando la palabra en dos: trans- (moverse) y -formación (capacitarse, aprender algo nuevo). Para mí, transformarse significa aprender, estudiar, trabajar, cultivar… Para no entrar en un estado de letargo indefinido.

Esta transformación contínua me ha permitido empezar de nuevo cuando creía que mi vida estaba evocada a no moverse del camino que me habían marcado. Y digo habían, porque a todos nos han guiado en cierta manera hacia donde les ha parecido o interesado. Si yo era bueno en filosofía, psicología o literatura, alguien debería haberles dicho a mis padres que tenían/mos que potenciar eso; sí, en cambio, se les recomendó que fuera a refuerzo de matemáticas para poder sacar adelante la asignatura. (Oh, el colegio… otro melón por abrir, pero lo haremos más adelante.)

Por lo tanto, creo firmemente que nunca es tarde para darse la oportunidad de cambiar, de vivir según tus valores, y no dejarse llevar por la rueda que nos han impuesto, de esa donde cuando sacas la cabeza para ver más allá te colocan de nuevo las anteojeras, como a los caballos, para que sigas mirando solo hacia delante; el camino marcado. Es tiempo de una, dos o cien TRANSFORMACIONES.

A. Fradera