#4 Hiper empatía

No habían pasado ni cinco segundos y ya me sentía mal. Estaba notando esas sensaciones en mi cuerpo y ni tan siquiera era yo el que estaba tumbado en el suelo con el brazo roto.

Rondaba los doce o trece años cuando, jugando en el patio del colegio, un compañero cayó de tal manera que delante de todos se rompió el brazo. Hubo risas de algunos, preocupación en la cara de otros, desinterés en la mayoría… Pero ahí estaba yo, de pie, inmóvil, paralizado y sintiendo un extraño dolor. No era físico.

Advertí en mi interior una sensación de haberme hecho poseedor de su dolor. Cómo si así pudiera acompañarlo y que no fuera tan duro para él, hacerme partícipe para poder repartirlo entre los dos.

Esa situación y esas sensaciones se fueron reproduciendo al largo de los años: cuando un amigo me explicaba que sus padres se separaban, si veía a alguien pidiendo dinero en la calle, incluso cuando veía documentales de animales en la dos.

Durante años me desgastó el ponerme en el sitio de los demás, sin aparentemente ser consciente de ello. Me encontraba excesivamente agotado de estar todo el día empatizando con lo ajeno, de tal manera que convivía con una sobreestimulación que me provocaba unas resacas emocionales de campeonato.

Todo esto me llevó a no saber poner límites en mis relaciones con mis amigos, pareja, familia o en el entorno laboral… me dejaba llevar por lo que los otros sentían y no anteponía mis necesidades.

Hasta que un día, no hace mucho, escuchando un podcast me sorprendió una descripción que hacían sobre tipos de personas. BOOM! Todo lo que estaban contando me describía a la perfección y rebobiné para saber de qué estaban hablando: Personas hiper empáticas.

La descripción de una persona hiper empática varía mucho según quién o qué disciplina la expone. Desde personas que sobre protegen a los demás, persona codependientes con apego emocional, individuos pasivos o sumisos… Y un largo etcétera de palabras o frases aparentemente negativas.

Así que me propuse sacarle todo el partido posible a este don (he querido llamarlo así) que se me ha dado para utilizarlo para el bien común – ¿ya vuelves a mirar por los demás? – Pero especialmente para el mío.

Este tipo de personas tenemos la facilidad de conectar con los demás. También somos un imán para atraer a todo tipo de gente, que nos cuenten que les ha pasado, se abran sin pensarlo dos veces e incluso recurran a ti para vaciarse. Solemos tener una gran capacidad de escucha, de esa que es la buena: la escucha activa.

Lo que para mí fue un calvario durante el pasado, el no poder extraerme de algo que no era mío; ahora es uno de mis puntos fuertes y que no dudo en potenciar diariamente.

A. Fradera

4 respuestas a “#4 Hiper empatía”

  1. Un don que se puede usar negativa o positivamente. Igual se podria usar para ayudar, que para fulminar a alguien. Tu seguro, lo usas para bien 🤍

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    1. Creo que este «don» solo se descrube cuando se quiere hacer el bien 🙂

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